


Como yo lo siento más allá de mi silencio


Besos
Besos, el primero, el último, los de entremedio.
Los besos que dimos, los que nos dieron, los que aún nos quedan por dar, los que nos quedan por recibir.
Los besos de película, los románticos, los de pasión, los de locura en cualquier lado, los tímidos, los de colores en lo prohibido, los de sabor a café, los furtivos ocultos del mundo, los que en algún callejón robamos o se nos fueron robados.
Los besos lentos sin prisas parando el tiempo, los rápidos, esos de "me voy que no llego luego te veo..." Los cortos, los largos, los que se dan a una madre, a un hijo, a un amigo o un hermano. Los besos soñados, los deseados, los de verdad, los de mentiras, los de Judas que saben a traición, los de juventud de fresa y chocolate. Los besos que se dan con la mirada, los que enamoran, los abrazan, los que sanan.
Los erróneos, los acertados, los que te cogen por sorpresa, los que ni con una buena cobra pudieron ser esquivados.
Besos los antiguos, los de tornillo las nuevos a mordiscos en los labios, los que acaban en un susurro desde la comisura arrastrados. Los que se dan en la frente, en el cuello, en la cara o en las manos.
Besos, besos, besos.
Bésame la mirada, el corazón, la vida y el alma.
Quédate ahí en la distancia justa, cierra los ojos y siente cada una de las veces que me atreva no solo en palabras a besarte