Como yo lo siento más allá de mi silencio

Reconozco

Reconozco, que hoy que me volví adicta a la paz, a la calma, a la tranquilidad, quizás también a la soledad, pero a esa soledad que entiendo yo, que me recoge, que me abraza, que me da aire y libertad.

Reconozco, que me volví adicta a vivir mi vida, a pasar del qué dirán, a no dar explicaciones por nada y a nadie. A disfrutar momentos felices acompañada o sola y a pesar de quien sea, pese a quien le pese.

Reconozco, que me volví adicta a buscar tiempo para mi, a dedicármelo, a no mendigar cariño, ni atenciones, a no reclamar nada que no me quieran dar sin pedirlo.

Reconozco sí que me volví adicta a no regalar momentos a quien no se lo merece, a quien dediqué tiempo y me hizo daño, a dejar sólo entrar en mi mundo a quien me suma y me repara el alma en un abrazo.

Reconozco sí, que me volví adicta a ser yo misma, a brillar sin apagar a nadie, a sentirme suficiente porque lo soy y me lo merezco, a olvidarme del tiempo, de las rutinas.

A vivir!!! A vivir cada instante como si fuera el último, a sonreír más cuando lo sienta.

Reconozco sí, que me volví adicta a quererme, a intentarlo a pesar de no querer hacerlo a veces, a no exigirme tanto porque no soy máquina y siento, a mis defectos, a mis virtudes, a amarme, a respetarme por el resto de mis días, a mantener mi esencia, ser protagonista de mi vida, aunque moleste, pero es lo que hay pese a quien le pese.