top of page

Si cuando nacemos nos hiciesen firmar un contrato con las condiciones de nuestra vida, en la letra pequeña habría algo así como:

“Da igual lo buena persona que seas, lo bien que te prepares, y el cuidado que tengas, que de vez en cuando te vas a llevar una hostia sin que puedas hacer nada por esquivarla”.

Algunas sacuden tu mundo perfecto con tal fuerza que cuando vuelves a ponerte en pie eres incapaz de reconocer dónde estás, y no sabes qué dirección tomar, otras, por el contrario, son flojitas, tanto que ni les das importancia, pero una tras otra te va erosionando la moral, y llega un momento que simplemente te das cuenta de que no tienes fuerzas para recibir más.

Entre unas y otras, hay una amplia gama de hostias, y todas tienen algo en común:

No podemos decidir cuándo nos las van a dar, pero sí qué hacer con ellas...

Unknown Track - Unknown Artist
00:0000:00
Preview.png
bottom of page