
El blog del hostelero
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Compota de castañas a la vainilla
A cuatro docenas de castañas bien hermosas se les quitan las cáscaras y se echan en agua fresca. Se ponen al fuego en una cacerola de cabida de dos litros con un litro y medio de agua y se mondan, es decir, se les quita la película o pellejo interior y se echan en un cazo, evitando que queden unas sobre otras. Se cubren con almíbar a 16 grados y después se hace estremecer nada más la mezcla a la lumbre durante media hora escasa. Cuando las castañas están cocidas se escurren en un cedazo. Se cuela el almíbar con el colador chino y se reduce a 30 grados. Se arreglan las castañas en la compotera y se riegan con el almíbar. A la compota de castañas, hecha como acaba de decirse, se añade la cuarta parte de un palillo de vainilla.